Las primeras preguntas que debes estar haciéndote y que trataremos de resolver en este post son: ¿Cuál será la fecha de mi boda? ¿Con cuánto tiempo debo contar para planificarla?, si bien estas preguntas son algo subjetivas, ya que dependen del tipo de reunión, fiesta o celebración que desees: lujosa, familiar, íntima, sencilla, temática, lo ideal es hacerlo con mínimo 6 meses de anticipación, en primer lugar, porque sin reserva previa, es difícil encontrar un lugar para celebrar, ya que muchos de los sitios ideales están reservados con muchos meses de antelación. Además, todo, desde el lugar de la recepción hasta la contratación de diferentes proveedores, depende de la planificación continua del día de su boda. A la hora de elegir una fecha, es importante tener en cuenta no solo tu propia disponibilidad, sino también la de tus invitados, elije una fecha en la que se asuma que estén libres (fines de semana), también puedes conversar con tus familiares cercanos y amigos sobre las fechas idóneas para asegurarte de que estén disponibles para el día de la boda.
Debes tomar una decisión importante desde el inicio, y es el tipo de boda que deseas, ya que el proceso puede ir en muchas direcciones dependiendo de si es civil, religiosa, espiritual, etc. Si deseas casarte en una iglesia para luego ir a la recepción en un salón, o si deseas una boda campestre, en el mar, debes tener en cuenta todo lo que se requiere para la organización previa según el tipo de boda que desees.
Una vez se elige el tipo de boda, cotiza en los lugares que te atraen y ten en cuenta cosas importantes como el número de invitados que tengas en mente, la ubicación, recepción, vestidos de los novios, invitaciones, arreglos florales, música, fotos, videos, luna de miel, todo lo anterior, sin dejar a un lado los “imprevistos”, créanme… ¡Nunca faltan! Según esto, el siguiente paso es fijar o establecer un presupuesto para tomar decisiones y así determinar cuántos proveedores puedes pagar y qué lujos te puedes o no dar. Cuando se hayan definido, puedes enumerar tus prioridades y pensar cuáles son las más importantes y cuánto quieres invertir en cada una para evitar desperdicios innecesarios.
Contratar una empresa o Wedding Planner te quitará un gran peso de encima en cuestión de tiempo, dinero y preocupaciones, ya que te ayudará a organizar y plasmar las ideas que tengas para convertirlas en realidad, puedes personalizar los detalles a tu gusto e ir delegando según sea lo que necesites, sobre todo si tú y tu pareja trabajan o quieren estar tranquilos, sin el ajetreo que implica hacer realidad ese sueño del matrimonio, y centrarse en lo importante: disfrutar uno de los días más especiales de su vida: ¡su boda!
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